El por qué los Chachapoyas colocaban a sus muertos en lugares tan alto e inaccesibles es todavía un misterio, pero la respuesta a esta pregunta comienza en sus mausoleos, uno de ellos, el de Revash, de más de 500 años de antigüedad.
Estos antiguos sepulcros usados para dar reposo a los difuntos más importantes de esta cultura, están construidos en el medio de una rocosa montaña a 2700 m.s.n.m. y próximos al pueblo de San Bartolo, provincia de Luya.
Se trata de uno de los dos tipos de arquitectura empleada por los Chachapoyas para sepultar a los miembros de su clase alta. La otra forma usada eran los sarcófagos.
Los extraordinarios lugares funerarios se caracterizan por tener uno o dos pisos y ventanas rectangulares y en formas de T. Algunas paredes tienen grabadas cruces y pinturas rupestres, algunas todavía indescifrables. El lugar fuera aún más espectacular si sus momias no hubiesen sido robadas.
No cabe duda de que estas precisas obras arquitectónicas son una visita obligada en cualquier recorrido turístico por el Amazonas, más todavía si se tiene un interés especial en los vestigios arqueológicos de una cultura pre-inca como los Chachapoyas.
Conocer el pueblo. San Bartolo es un pueblo chico pero encantador cuyas humildes viviendas de tronco y barro se mantienen intactas pese al paso de los años. En su plaza hay una bonita réplica de los mausoleos y es allí donde se contratan los guías.
Visitar el Museo de Leymebamba. A poco más de una hora de distancia (43 km) está el Museo de Leymebamba, lugar turístico que exhibe más de 200 momias rescatadas de otro mausoleo de Amazonas, en la provincia de Chachapoyas.
Pasar por la ciudadela de Kuélap. De ida a Yerbabuena o de regreso a Chachapoyas y con un breve desvío en Nuevo Tingo, se llega a la impresionante ciudadela de Kuélap, otro atractivo turístico de la región. De Yerbabuena a Nuevo Tingo son 30 km y de allí a la fortaleza de piedras es otra treintena de kilómetros.
Montar a caballo. Hasta un 80 por ciento de la caminata de 2 km desde el pueblito de San Bartolo puede hacerse a caballo, convirtiendo el paseo en un cómodo y divertido recorrido.
Se debe tomar un bus desde el terminal terrestre de Chachapoyas al pueblo de San Bartolo, distrito de Santo Tomás, un viaje de 89 kilómetros y 3 horas de camino. A partir de allí serán 2 km (20 minutos) caminando para alcanzar los sepulcros sagrados.
También se puede llegar desde el pueblo de Yerbabuena, a 72 km (2 horas 26 minutos en bus) de Chachapoyas. Desde allí son 3 km y casi dos horas de recorrido a pie por ser el camino más inclinado y largo.
—Ir desde San Bartolo. El camino desde San Bartolo es más corto, menos inclinado y mejor trazado.
—Ir un domingo bien temprano. El mejor día para visitar los mausoleos es el domingo, por ser este el día con mayor número de combis tanto para hacer la ruta San Bartolo-Yerbabuena (regreso), como para regresar directamente a Chachapoyas desde San Bartolo.
—Regresar a San Bartolo al mediodía. Después del mediodía hay menos posibilidades de conseguir combis para regresar a Chachapoyas o a Yerbabuena, por lo que se debe retornar de los mausoleos a las 12 o antes.
—Llevar binoculares. La caminata termina a 5 metros de los mausoleos, distancia insuficiente para verlos al detalle. Para una mejor experiencia, llevar binoculares.
—No apto para personas con fobia a las alturas. Los restos arqueológicos están subiendo por un estrecho, alto y largo sendero junto a una pared de rocas y del otro lado, un barranco. No es apto para personas con acrofobia.
—Llevar zapatillas de trekking. La caminata hacia los vestigios tiene subidas y bajadas accidentadas e incómodas, que serán más fáciles de recorrer con zapatillas de trekking. No olvidar el agua, los snacks y protección solar.
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